jueves, 3 de mayo de 2012

Una Mirada a “La Soledad de los Números Primos”





Parafrasearé un poco las palabras que se encuentran en la contraportada del libro “Paolo Giordano es un hombre con tan solo 26 años de edad (30 en la actualidad) y con esa edad ya es poseedor del premio más importante de Italia en materia literaria: el premio Strega (2008); cabe mencionar que es un licenciado en Física Teórica, quizá por eso el título que dedico al libro.
Cuando me encontré con este libro en mi último año de carrera universitaria, dado que tiene que ver al menos el título con la especialidad que adquirí, estuve dispuesto a leerlo, (ya que dicho sea de paso y si el lector me lo permite, para mí, como para tantos matemáticos en el planeta, me apasionan y me causa cierta inquietud los números primos) sin embargo fue hasta terminar mis estudios y gracias a una amiga que puede leerlo por fin.

Paolo Giordano nos coloca en una historia en donde los personajes principales  (Mattia y Alice) comparten de alguna manera, la forma de sentir; cada uno de ellos desarrolló los rasgos de  su carácter en una infancia que no es del todo feliz,  y son precisamente esos rasgos los que se impondrán en la etapa adulta.

Por una parte Alice, una joven que de niña padecía de la asistencia obligatoria a clases de esquíe que le imponía su padre y que debido a un accidente practicando dicho deporte, deja una de sus piernas semi-paralizada; por otro lado Mattia, un niño genio que no pudo desenvolverse sanamente en el ambiente escolar en el que estaba incierto y que tiene una costumbre poco sana: la de cortarse las manos con cualquier objeto punzo-cortante que este a su disposición.
Estas marcas en ambos personajes son las que nos invitan a pensar a cada uno de nosotros, cuáles son nuestras cicatrices físicas, psicológicas o morales que nos marcaron y que desprendieron en nosotros una gran porción para moldear el carácter que ahora poseemos…en qué momento de nuestra vida fue cuando nos dimos cuenta que somos seres únicos, diferentes, solitarios; quizá en algún momento, hasta incomprendidos.

En un momento de la historia, Alice y Mattia logran conocerse, establecer una conexión que va más allá de la amistad, que les dará momentos felices en diversas etapas de la vida como un par de amigos. Disfrutan situaciones que para cualquier otro adolescente sería aburrida, pero para ellos no. El destino los separa y los vuelve a unir una vez, parecería que en algún momento serán más que eso, más que amigos…sin embargo las situaciones tienen un final poco imaginable para cada uno de ellos.
La historia presenta múltiples personajes en diferentes momentos, algunos pasan sin pena ni gloria, pero que dan un sabor a la misma; nos muestran en algún momento, las crueldades de lo que somos capaces como personas en la etapa escolar.

En sí la historia puede provocar en un inicio un cierto desconcierto por lo que nosotros como lectores imaginamos por el título, que dicho sea de paso, es poco convencional en la narrativa. A medida que me fui introduciendo más y más en la historia podía establecer como es de esperarse conexiones entre los sucesos que van ocurriendo en cada momento, la narrativa de Giordano es a mi punto de vista tan digerible que podemos leer y leer y sentir que no nos cansamos, no es algo que sea tedioso o aburrido,  fueron precisamente estas causas las que ayudan como lector a no abandonar la lectura, que dicho sea de paso, es muy válido, no porque hayamos comenzado un libro significa que tengamos que acabarlo, después de todo, leemos por interés propio e iniciativa individual ¿No?

El final, en mi opinión,  la etapa quizá que más disfrute, deja una sensación de satisfacción para los que esperan lo inevitable  y a la vez, nos permite tener la posibilidad de establecer diversos caminos por los que pudo haber continuado la historia…


Por: Arayashiki

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